Cómo lograr adelgazar caminando y otros efectos de andar
Mantenernos en forma resulta ideal para que nuestro estado de salud se encuentre bien, por ello debemos dedicar algunos minutos del día al ejercicio físico. En esta ocasión, hablaremos sobre cómo lograr adelgazar caminando, así como lo benéfico que resulta esta práctica y otros efectos que trae consigo el hecho de andar.
¿Cómo adelgazar caminando?
Existen diversas recomendaciones sencillas que podemos poner en práctica para adelgazar caminado. Presta atención a los consejos que te mencionaremos a continuación, y procura aplicarlos en tus recorridos diarios para que puedas sacar el máximo provecho a esta práctica tan beneficiosa para nuestra salud:
1. Controla tu respiración al caminar
En primer lugar, te recomendaremos caminar llevando un ritmo de respiración constante y adecuado. Por lo general, nos acostumbramos a inhalar y exhalar el aire de nuestro cuerpo a través de las fosas nasales, sin embargo, esto no suele ser lo más recomendable, especialmente cuando realizamos ejercicios.
Se aconseja, que durante tus caminatas diarias inhales el aire por la nariz y lo exhales por la boca. Además, procura llevar un ritmo de respiración que vaya acorde con la velocidad a la que estás caminando, esto a fin de que evites agitarte, o sufrir ‘dolor de bazo’. También, al respirar de manera adecuada podrás contribuir a que todo tu cuerpo se oxigene de manera correcta y así tendrás un mejor rendimiento durante tus prácticas cotidianas.
2. Cambia la intensidad acelerando y aminorando el paso
Bien dice el viejo refrán “si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”, esto también aplica para las rutinas de ejercicios. Si quieres ver resultados con tus rutinas de caminatas diarias, es importante que procures cambiar la intensidad de las mismas, empezando con un ritmo suave constante y aumentando paulatinamente tanto la intensidad como la velocidad al caminar.
Es importante que procures no excederte con la intensidad de tus caminatas, siempre lleva un ritmo adecuado en donde no sientas fatiga en exceso o algún otro síntoma negativo. Ten presente, que comenzando con las rutinas será normal que te agotes con facilidad. A medida que tu cuerpo se acostumbre a las caminatas, podrás ir aumentando la intensidad de las mismas.
3. Camina al menos durante 30 minutos
Se recomienda que durante tus recorridos, procures realizar caminatas con una duración mínima de 30 minutos. No obstante, si esto en un principio te resulta demasiado difícil, puedes bajar un poco el tiempo caminando entre 15 y 20 minutos, aumentando progresivamente hasta llegar a los 30 minutos.
Lo ideal, es que conforme vayas viendo resultados positivos con estas prácticas, aumentes el tiempo de las caminatas hasta que seas capaz de realizar recorridos de 45 minutos e incluso una hora. Además, el objetivo es que puedas realizar tus caminatas diariamente, sin embargo, si el tiempo o tu condición física no te lo permiten, puedes organizarte para caminar cada dos días, o al menos 3 veces durante la semana.
4. Procura que todo tu cuerpo trabaje durante tus paseos
Como se mencionó al principio, al momento de hacer ejercicio es muy importante realizarlo de manera ‘consciente’, pues de esta forma podrás sacarles el máximo provecho a estas prácticas.
Para esto, resulta conveniente que al caminar prestes atención a los movimientos que estás realizando, procurando que todo tu cuerpo trabaje durante tus recorridos, prestando atención a algunos aspectos como los siguientes:
- Procura que exista sincronicidad entre tus brazos y piernas al caminar.
- Inhala y exhala de manera regular, asegurándote de oxigenar bien tu cuerpo.
- Intenta contraer el abdomen mientras caminas.
- Procura elevar un poco la punta de los pies al caminar.
5. Hidrátate lo suficiente durante las caminatas
Por último pero no menos importante, te hablaremos sobre una recomendación fundamental tanto al momento de caminar, como de realizar cualquier otro tipo de actividad física: la hidratación.
Mantener una buena hidratación durante las caminatas diarias, resultará fundamental tanto para reponer las energías gastadas, como para que nuestro cuerpo pueda rendir al máximo durante estas prácticas. Para ello, te recomendamos llevar contigo una botella de agua, tomar algunas pequeñas pausas cuando sientas que lo necesitas, y aprovechar el momento para hidratar tu cuerpo bebiendo un poco de agua.
¿Qué beneficios trae sobre nuestra salud el hecho de caminar?
Ya conocimos las sencillas recomendaciones que podemos aplicar para lograr adelgazar caminando. Además de ello, debes saber que caminar no solo puede ayudarnos a adelgazar y perder peso, esta práctica también puede traer consigo algunos otros beneficios para nuestra salud. Sobre algunos de estos, te hablaremos a continuación:
- Mejora la circulación de nuestro organismo.
- Alivia los síntomas de estrés.
- Oxigena el cerebro.
- Disminuye los riesgos de sufrir hipertensión.
- Disminuye los riesgos de padecer diabetes o cáncer.
- Puede nutrir nuestro cuerpo con vitamina D (especialmente al caminar durante el día, ya que dicha vitamina es aportada por los rayos del sol).
Ten presente, que para obtener todos estos beneficios que pueden traer consigo las caminatas y para adelgazar a través de esta práctica, resulta necesario tener constancia, paciencia y mucha disciplina. Aunque no verás resultados de inmediato con tus caminatas, es probable que cuando comiences a caminar experimentes en tu cuerpo alguna sensación de bienestar, o notes positivamente algo distinto tras realizar esta beneficiosa práctica.
Además, si deseas darles un toque diferente a tus prácticas diarias, puedes optar por realizar recorridos por distintas rutas, intentando disfrutar al máximo del paisaje que estés recorriendo. De esta manera, evitarás que las prácticas puedan volverse rutinarias, aburridas o tediosas.
¿Solo basta con caminar para adelgazar?
Además de caminar diariamente, es importante que implementes en tu vida hábitos sanos que vayan de la mano con las prácticas realizas, esto es algo muy importante que no deberías pasar por alto. Procura mantener una alimentación saludable regida por una dieta balanceada, y evita el consumo de cualquier tipo de sustancia o alimento que pueda resultar nocivo para tu organismo.
También es importante que procures descansar bien (entre 6 y 8 horas diarias), de esa manera, tu cuerpo contará con la energía suficiente para poder rendir al máximo durante el día.